En la clase, los niños cantaron "cumpleaños feliz", apagaron las velas y comieron una rica tarta de chocolate. Alegres cantaron y bailaron impacientes, esperando la fiesta del agua que venía después.
Con la ayuda de los papás y mamas, el patio se lleno de distintos juegos de agua con los que lo pasamos genial y acabamos todos mojados.
¡Qué ilusión! ¡Qué día más divertido!
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