Allí visitaron una granja de cabras. Antes de entrar, todos los niños muy ilusionados se pusieron unas botas (de bolsa verde) para cubrir sus zapatillas. Después, pasaron a ver las cabras y las pudieron tocar, darles de comer y aquellos que quisieron ayudaron a ordeñarlas.
También visitaron una granja de conejos, donde vieron y tocaron gazapos que tenían días, otros de meses y algún conejo adulto.
Fue una "excursión" muy deseada por los niños, porque iban a montar en autobús. Y todos volvieron muy contentos por lo bien que se lo habían pasado.
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